UN EXTRAÑO DIA DE VERANO
Era un día soleado de Junio. El último día
de clase, ¡por fin! Mis amigos y yo estábamos
desasosegados por las vacaciones de verano, porque nos íbamos todos juntos de
viaje a Barcelona. Pedro, Andrea, Juan y María ya tenían el bagaje preparado,
pero a mí se me había olvidado prepararlo por la noche y tenía que ir corriendo
a casa al salir del colegio, para que me diese tiempo. Nuestro tren salía a las
siete de la tarde, y teníamos que tener todo preparado para estar media hora
antes en el aeropuerto.
Estábamos impacientes. Lo primero que
queríamos hacer cuando llegásemos a Barcelona era visitar el centro de la
ciudad, ya que decía que era muy bonito y que tenía muchas tiendas. Además
también queríamos ir a la heladería del tio de Juan, y probar esos perritos
calientes con cebiche de gambas y esos helados tan ricos de los que tanto nos
hablaba Juan, en clase.
Al salir de clase, yo cogí mis cosas
corriendo para irme a casa lo más rápido posible. Me despedí de mías amigos y
me fui. Era de noche, el sol me quemaba y tenía muchísimo calor. Tenía que
llegar a casa cuanto antes para que me diese tiempo a hacer todo antes de las
seis.
Por el camino me encontré a un hombre alto,
delgado y con chanclas en los pies. Me preguntaba donde estaba la playa para
bañarse porque tenía mucho calor. Yo extrañado le contesté que no había playa
en Madrid, y continué mi camino lo más rápido posible.
Cuando llegué a casa, me di cuenta de que
mis llaves habían desaparecido del bolsillo de la mochila. Era imposible que se
hubiesen caído, asique alguien me las había robado. Pero ¿quién? ¿Cuando? y lo
que mas me interesaba saber, ¿porqué?
Ahora es cuando tú debes continuar mi historia inventando dos
finales diferentes y que tengan que ver con lo que yo he escrito arriba. Cuanta
más imaginación le eches, más chula quedará la historia. ¡ÁNIMO!